1.16.2011

Echarte de menos es ahora el tic-tac de mi día a día

Recuerdo cuando era buena persona y te componía canciones.
Cuando te regalaba cada domingo una maratón de películas de amor, y tú no me decías nada si me quedaba dormido.
Recuerdo tus ojos claros a la luz de la fría mañana en el campo, cogiéndote la mano para que no te fueses corriendo hacia los pájaros que tanto te gustaban.
Cuando yo me sentaba, apoyando mi espalda en un árbol y contigo en el regazo, mirando al cielo como si pudiéramos nadar en algo tan enorme sin perdernos.
Aunque al fin y al cabo, siempre lo conseguíamos.
Y es que eres como montar en bicicleta, nunca se te olvida.
Quiero hacerte feliz, y sé que estás lejos de mis brazos.
Lejos de mi cama, por las noches. Ya no puedes acurrucarte entre mis sábanas, enredarte en mi piel, dibujar corazones en mi almohada ni desearme felices sueños con los ojos llenitos de amor.
Se te ve feliz allí fuera, Jul. ¿Seguro que no necesitas nada?
Podría mandarte dinero, o quizá mantas para calentar tus pies fríos que tanta rabia me dan…
Estoy preocupado. Ya nada es como era antes.
Me levanto a las ocho de la mañana todos los días sin ninguna razón.
No tengo beso de buenos días ni de espero que te guste el desayuno que preparé para ti.
¿Cuándo volverás?
Se me congelan los huesos cuando te digo que te quiero.
Cuando subo a la torre más alta de NY para pedirte que te cases conmigo, aunque no me oigas.
Cuando salto de vagón en vagón buscando tu preciosa cara, Julia.
Que te quiero.
Y nunca dejaré de hacerlo.


Julio

Nada que hacer y con ganas de escribir. Aquí me tenéis.


2 comentarios: