1.31.2011

te quiero el diámetro de la luna

Pensó que el corazón se le ensanchaba con cada beso, le palpitaba más fuerte con cada caricia, que podía volar con cada mirada,cada cosquilla. Le hacía sentirse grande, pensando que podía andar por encima del agua del océano, que las tormentas eran meros estornudos...y todo por ella.

-¿Qué miras con tanto interés?
-La galaxia de tus ojos.
-Digo antes.
Sonrió. Le gustaba que se pusiese romanticón las noches de Junio.
-Miraba con mirada inerte la inmensidad del espacio, mientras pensaba en lo que te quiero.
Se le llenaba la boca al decirle que la quería, le brillaban los labios y le chispeaban los ojos.
-No creo que me quieras más de lo que yo te quiero a ti.
Puso sonrisa traviesa. Qué rica era. Con esa coleta alta y esas braguitas rosas de algodón. El sujetador ya le sobraba en esas fechas.
-Ven a la cama.
-¿Qué pasa, tienes frío?
-No
Se dio la vuelta y miró las estrellas.
-Eres como una niña pequeña. Juguetona a más no poder.
-¿Podrás sobrevivir a ello?
Se quitó la camiseta y la abrazó.
-Ten seguro que sí.
-Júralo. Si no, no vale.
Sonrió.
-Claro que lo juro. Y lo perjuro.
La besó y la acostó con cuidado. Mientras se desnudaban entre caricias y respiraciones entrecortadas, él la dijo:
-Sí que te quiero yo más. Te quiero el diámetro de la luna.

1.27.2011

Tener miedo da asco. Por lo que provoca. Por lo que está escrito detrás.
Desde que tengo miedo no paro de vomitar palabras sin sentido y el corazón se me está oxidando.
Hace cuánto que no sale una mera sonrisa de éstas tristes comisuras...
Ya no me molesto en hacer bizcochos de limón. Eran para papá, sólo para él. Para nadie más.
Supongo que mi vida a partir de ahora consiste en desfase implicando las drogas, alcohol y el sexo.
Cuando lo hice con Alexander ayer no sentí nada y lo sentí todo. Era una sensación de estar engañando a Jerry y de pensar: jódete, capullo. Aunque ya no puede pegarle una paliza y romperle la nariz veinte veces porque ya no está, porque se esfumó de la vida aquella noche.
Creo que el veneno ha disminuido, pero sigue ahí, y ha dejado secuelas (como todo).
Estoy harta de maquillarme para nadie, ponerme los tacones con el espíritu muerto, casi obligándome, e inventar una sonrisa para mis vecinos, que me oyen llorar cada madrugada.
Ya las tardes y mi café no son lo mismo...Quizá por mis bizcochos de limón que brillan por su ausencia.
Mírate, Sam. Eres ridícula. Analizando tu vida y lo que crees que puedes hacer para intentar ser un poco feliz...das pena, preciosa mía. En mi opinión , deberías dejar de mirar la telebasura con los labios a medio cerrar, los ojos como platos, y el corazón pataleando de rabia y dolor, y salir a la calle a demostrar quién eres.
Pero es sólo la opinión de tu conciencia, a la cual, jamás has escuchado y por eso estás así.
Muerta en vida.

1.16.2011

Echarte de menos es ahora el tic-tac de mi día a día

Recuerdo cuando era buena persona y te componía canciones.
Cuando te regalaba cada domingo una maratón de películas de amor, y tú no me decías nada si me quedaba dormido.
Recuerdo tus ojos claros a la luz de la fría mañana en el campo, cogiéndote la mano para que no te fueses corriendo hacia los pájaros que tanto te gustaban.
Cuando yo me sentaba, apoyando mi espalda en un árbol y contigo en el regazo, mirando al cielo como si pudiéramos nadar en algo tan enorme sin perdernos.
Aunque al fin y al cabo, siempre lo conseguíamos.
Y es que eres como montar en bicicleta, nunca se te olvida.
Quiero hacerte feliz, y sé que estás lejos de mis brazos.
Lejos de mi cama, por las noches. Ya no puedes acurrucarte entre mis sábanas, enredarte en mi piel, dibujar corazones en mi almohada ni desearme felices sueños con los ojos llenitos de amor.
Se te ve feliz allí fuera, Jul. ¿Seguro que no necesitas nada?
Podría mandarte dinero, o quizá mantas para calentar tus pies fríos que tanta rabia me dan…
Estoy preocupado. Ya nada es como era antes.
Me levanto a las ocho de la mañana todos los días sin ninguna razón.
No tengo beso de buenos días ni de espero que te guste el desayuno que preparé para ti.
¿Cuándo volverás?
Se me congelan los huesos cuando te digo que te quiero.
Cuando subo a la torre más alta de NY para pedirte que te cases conmigo, aunque no me oigas.
Cuando salto de vagón en vagón buscando tu preciosa cara, Julia.
Que te quiero.
Y nunca dejaré de hacerlo.


Julio

Nada que hacer y con ganas de escribir. Aquí me tenéis.


1.10.2011

Buenas noches

Hoy, buscando un cuaderno de hace años, he encontrado un papel arrugado y doblado mil y una veces.
Lo he desdoblado un poco y un bolígrafo rojo había arañado las palabras ingenua, imbécil, cretino, tontería, amor (entre interrogantes), y algunas más escondidas.
Y como la curiosidad me come siempre, he decidido desdoblar por completo aquel papel.
Era una carta.
Una carta que nunca vio la luz.
Una carta que, ahora mismo, me arrepiento de haberla escrito.
En ella te recordaba todo lo que te quería, lo que me hacías sentir. Te recordaba nuestro primer beso, primer abrazo, primera caricia. Nuestra primera noche de pasión. Cómo me quitabas la ropa al son de aquella canción que no recuerdo (y no quiero recordar), cómo me acariciabas y me susurrabas que querías ser mío. Y me acordé de que me volvía loca por comerte entero. Qué asco me doy.
¿Sabes, Henry? Nuestro amor siempre fue de plastelina. Sólo que tú eras el niño que la modelaba y jugaba con ella.
Estoy segura de que todas esas noches que me dejaste sola en casa, no era por fiestas en casa de tus amigos. "Fiestas de hombres", las llamabas.
Cassie, ¿te acuerdas de ella? Sí. Aquella secretaria que hacía que tu bragueta se muriese por ser bajada con sus manos finas con las uñas pintadas de rojo.
Das pena.
Tenía ganas de enseñarte lo tonta que fui. Y sí, estoy orgullosa.
He aprendido muchas cosas desde que me dejaste. Me he dado cuenta de millones de maravillas de la vida que contigo nunca supe apreciar.
Gracias por no haber sabido nunca amarme, de verdad. Gracias de todo corazón.


Nunca más tuya,
Leslie

Los profesores se han vuelto locos y han puesto muchísimas fechas de exámenes. No pensaba publicar nada más hasta dentro de mucho, pero la inspiración estaba de buen humor conmigo hoy y aquí estoy. 
No genial ni nada parecido, pero a mi me gusta mucho. Hay muchas chicas que se sienten así y yo estoy con ellas.
¡Un besazo a todos! :)


preguntas
fotografía


1.08.2011

Con el estómago vacío y el cerebro alborotado

Pisaba con su tacón fino la ciudad.
Entornaba los ojos para ver las luces desenfocadas y se reía al hacerlo repetidas veces.
Hoy en el funeral lloraba como una desconsolada, ahora moría de risa sin ningún motivo.
Ya eran 5 tequilas y un cubata que llevaba en el cuerpo, y le pasaba factura desde hace 2 horas.
Hoy es tu noche, Samanta se repetía miles de veces.
A lo lejos se veían los fuegos artificiales que anunciaban las fiestas de la ciudad.
-¡Yo también estoy de fiesta! -gritaba. Miró al cielo- ¡Mira, cabronazo, me lo has quitado todo! ¿Qué, no te valía con mi padre, tenías que llevártelo a él también verdad? ¡Te odio!
Le dio una patada a una lata de cerveza que había en el suelo.
Sacó tambaleándose la cajetilla de Camel que tenía en el bolsillo derecho y se colocó un cigarrilo en sus labios rosados.
-Me has quitado todo, puto cabrón... Me has robado mi vida... Ya no me queda nada...
Rompió a llorar. Samantha nunca lloraba. Era la típica mujer fuerte con chaqueta de cuero que escuchaba punk y se "cagaba en ellos" todo el día...desde esta noche.
Samantha se pasó toda la noche vagando de garito en garito. Buscando una promesa o un simple márchate, borracha. No lo consiguió, pero sí consiguió olvidarse de todo aquello. Sólo esta noche.
Jamás había tenido tanto alcohol en la sangre. Ni en la fiesta de la graduación del instituto.
Resbaló en una cuesta hacia abajo y una mujer intentó ayudarla.
Ésta la miró, y vió en su rostro que el maquillaje le dibujaba en la cara dolor, tristeza y desesperación.
Llegó como pudo a casa, y lo último que vio antes de acostarse fue una foto de Ryan en un parque con ella, cuando tenían tres años.



Sábado lluvioso y a un día de retomar las clases. ¡Suerte a todo el mundo!




Preguntas
Fotografía

1.03.2011

Cuando Harry llora

Allí estaba Harry, solo. Con esa parsimonia que encontraba en aquel lugar desde hace varios años, al lado de la colina Lawrence (como la había llamado ella), pensando en lo que haría aquella misma tarde.
Tenía un libro en sus manos, e intentaba pasar de esa palabra tan rara que se hacía llamar amor.
Todo el mundo reía cuando sentía amor en sus corazones. Saltaba, gritaba y reía a carcajadas.
Él era diferente, él lloraba. Él se sentía triste cuando sentía amor.
Él se maldecía a sí mismo por enamorarse.
Él, cuando la veía, moría por dentro. Moría porque veía que ella no sentía lo mismo que él.
Sentía que el corazón se le encogía, como evitando quererla más, como queriendo echarla de su vida.
Cada vez que leía u oía esa palabra, le venía a la cabeza la imagen de la pequeña Minúscula como una estrella fugaz, preciosa e inalcanzable.
Tenía la sensación cada vez que la miraba de estar quemándose por dentro, porque era un cobarde.
"Venga, Harry, puedes con ésto y con mil cosas más", se repetía siempre cuando intentaba dormirse con una foto de la chica en la mano derecha mientras se enjugaba las lágrimas con la izquierda.
La recordaba cuando se ponía los cascos y empezaba a correr por el campo con los brazos abiertos imitando a una bonita avioneta y decía "¡mira, Harry, soy una avioneta con ojos!" Y empezaba a reír a carcajada limpia, con ese tono de voz tan dulce.
La recordaba constantemente sin apenas un segundo de tregua.

La recordaba cada segundo del día, desde que despertaba en aquella cama tan dura y abría los ojos, cansado de la constante amargura que le causaba.
La recordaba cuando cerraba los ojos, envueltos en lágrimas para escapar durante unas horas de sus propios pensamientos.
Aunque a veces ni si quiera aquello funcionara, porque Minúscula se divertía persiguiéndole en sus sueños con su risa clara y su inocencia.
Levantó la mirada de aquel libro, y decidió analizar aquello fríamente por enésima vez, aunque de antemano sabía que no iba a servirle de nada.
Perdió sus ojos en el cielo y dejó que éste invadiera su mente, frío, violáceo e inmenso.








(Hoy le tengo que agradecer a mi chico haberme dejado hacerle esa foto imitando a Harry (L)


Muchas gracias a todos/as que me hacéis sonreír con cada halago, pregunta o cada sonrisa.
Feliz año 2011 y que éste se haga un hueco muy grande en vuestros corazones :)


Preguntas
Fotografía



besodeesquimal