6.09.2011

Mordió la mini-oreo y se sacudió la falda, llena de miguitas. Sonrió y le dedicó un beso en la mejilla.
-¿O sea que, te gusto?
-Claro que me gustas
-¿Y cómo te gusto?
-Me gustas como me gusta el calor del sol los días de inviernos y las tormentas con rayos y truenos en verano. El olor a tierra mojada, es el éxtasis que viene después, que se relacionan proporcionalmente con tus labios.
Ella puso los ojos como platos (todavía más), y al abrir la boca, se le vieron los dientes negros, del chocolate.
-Supongo que nunca te dije que me gustabas tanto porque nunca tuve ocasión de decírtelo a la cara. De decirte que me gustas incluso cuando tienes la menstruación y me pegas en el hombro y te enfadas conmigo, si no te traigo chocolate.
-Hoy lo has hecho, no te has llevado el golpe.
-Supongo que ya te conozco algo mejor.
-No lo supongas - rió ella.
-¿Sabes? Creo que lo más me gusta de ti son tus curvas.
-¿Mis curvas?
-Sí. Las de las comisuras de tus labios, las de tu perfil, las que haces con las manos cuando me dibujas un corazón cuando te vas a la universidad, las del perfil de tu espalda, las de tus pechos, las de tus ojos infinitos al sonreír, las de tus costados...
-Vaya, creo que tú a mi también me gustas.

6.01.2011

-¿Y qué es lo que te apetece, a ver?
-Pues...me apetece ir a un bosque. Lejano, como a unos 200 kilómetros de aquí, perderme, ir desnuda entre los árboles, sentir la hierba bajo mis pies, húmeda. Me llevaría la cámara de fotos y haría unas cuántas al sol, y a los animalitos que me encuentre por ahí. Me apetece también, leer un libro, dormir, sentir la naturaleza viva, los rayos del sol tostándome cada centímetro de la piel. Me apetece beberme un granizado de fresa mientras ojeo una revista de moda y envidio los cuerpos de las famosas. Me apetece emborracharme y conocer a algún borracho que me quiera en su cama, para rechazarle. Me apetece reírme, ser feliz. Me apetece vivir, como siempre he hecho. Me apetece...
-¿Más cosas?
-Sólo una más.
-Dime
-Me apetece que me hagas el amor.