Era 14 de Noviembre y en la avenida la gente paseaba tranquilamente. Como siempre, empecé a observarlos imaginando sus pensamientos, y busqué a dos personas.
Una mujer con falda larga y abrigo de plumas tenía el rimel corrido y la nariz más roja de lo normal en las mañanas de aquel mes. Otra chica, paseaba al perro mirando el reloj y nerviosa la avenida, como si estuviese esperando algo.
Las demás personas no me importaban demasiado. Ya sabes, señoras que van a la compra, hombres que van a comprar revistas eróticas y el periódico para disimular, y adolescentes que van a la plaza para pedirle a los mayores que les compren el tabaco en el estanco. Monotonía.
La mujer había sido despedida esa misma mañana en los almacenes Jones, y la chica...bueno, supongo que estaría paseando al perro para encontrarse "inesperadamente" con el chico que le gusta.
¿Sabes? Me gusta ésta vida de sueños. Me gusta intentar adivinar lo que la gente piensa, o incluso, los animales...
Una vez te vi a ti. Sentado en las escaleras del instituto, ensimismado en tu libro de Física y Química, rompiéndote la cabeza para poder memorizar esas fórmulas.
Pensé que estabas buscando algo, algo o alguien. Simplemente para evadirte de eso. De los libros, de los problemas. Dejar las fórmulas a un lado y concentrarte en algo verdaderamente importante.
Me miraste, y sentí que yo era ese 'alguien'. Y quizá por eso, te esperé. Y creo que hice bien.