11.20.2010

La caja que me encierra

Otro puñetazo. Otro rasguño en este pobre corazón.
Tú me dijiste que me querías, cuando todo estaba bien, cuando al mirarme se encendía ese fuego apasionado en tus ojos que me robaba el aliento.
Recuerdo los momentos felices juntos. En todos esos parques, heladerías, cuando fuimos de vacaciones a la playa, cuando me regalaste por mi cumpleaños esos billetes a Londres, cuando me juraste amor eterno bajo la lluvia… Y, en aquel restaurante tan caro, te arrodillaste como si fueses mi siervo, y la frase “Cásate conmigo” salió de tus preciosos labios como la canción más romántica de la historia. Me tendiste la mano que guardaba esa cajita que me arroyó de felicidad, y ahora me mata por dentro… y por fuera.
Como puedes comprobar, cada tirita de mi alma me resta días de vida, alegrías…
Acuérdate de que tú eras aquel que me sacaste de aquel capullo de oruga, para convertirme en mariposa…Claro que las mariposas sólo viven de cuatro a seis semanas… Y eso es lo que hice.
Morí, mi amor. Morí en tus brazos. Morí mirándote a los ojos débilmente. Morí con la rabia y el asco que me provocabas cada vez que me escupías en la cara y me empujabas contra el mueble de la habitación.
Contento, ¿verdad? Claro, un problema menos. Un número más.
Búscate a otra que te ame, hazle la metamorfosis y luego asesínala con tus palabras y tus manos.
Sólo soy un día más en tu asquerosa vida.
¿Y sabes qué? ¿Sabes qué? Nunca, en mi vida he dicho esto, pero lo diré por fín:
Ojalá te torturen como tú me has torturado a mí.






Éste texto pertenece a mi Fotolog anterior a éste Blog.

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