11.20.2010

Despertarse sin ti

Las 7:30 a.m. Una cama medio vacía. Sueños rotos en una almohada aún húmeda por las lágrimas de la noche anterior. Llantos de éste pobre corazón hecho añicos.
Tú, preciosa como siempre en mi recuerdo, como una diosa que daba la vida cada mañana al despertar.
¿Por qué te marchaste? ¿Qué hice mal? Sólo necesito una respuesta, una carta, una última llamada con sabor a despedida, algo.
Llevo varios días agonizando, a base de pastillas para conciliar el sueño con la esperanza de que tu cara se borre de la memoria al menos unas horas.
Fuiste y serás imposible.
Fuiste imposible de no amar. Eres perfecta, Julia. Tu piel es parecida a la de Blancanieves y tus ojos tienen el color gris de la Luna llena cuando se enamora de alguna estrella que pase por su lado.
Serás imposible de olvidar. Tu recuerdo es como el sabor de un limón recién chupado. Como aquella primera caída en el tobogán. Como aquel primer beso, primer amor verdadero, la pérdida de la virginidad.
Y dime, princesa, ¿tú me querías?, ¿me quisiste alguna mañana de esas en las que te desperté con besos en la espalda, tostadas y café?
Julia, no sé si lo sabías, pero vivía por ti.
¿Qué me ata ahora a la vida si ya no estás tú?







Éste texto pertenece a mi Fotolog anterior a éste Blog.

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